Rudi y Silvia, con sus hijos Martín, Federico y Silvina, escapan de la ciudad para pasar unos días en su quinta. Rudi se enzarza en discusiones con el casero del barrio. Los niños deambulan por la zona. A Martín le gusta el fuego. A Fede, le da miedo. Un día, la casa abandonada del fondo sufre un incendio inesperado y aparece un muerto: un vagabundo ahogado por el humo. Los niños hicieron algo. Algo horrible. Ahora, habrá que ver la manera de volver a la calma deseada.