Don Juan es detenido durante una de sus correrías amorosas, precisamente cuando se proponía seducir a la hija del Gobernador, que estaba a punto de contraer matrimonio. Su fiel criado, demasiado acostumbrado a llevarse todos los palos, se hace pasar por él para salvarle el pellejo, situación que le permitirá ganarse el amor de una bella cómica. Mientras tanto, el verdadero don Juan se ve reducido a la condición de sirviente