Jean-Claude y Pierrot son dos macarras, unidos por una fuerte amistad, sin otro interés en la vida que hacer lo que les viene en gana. Su pasatiempo favorito es acosar, intimidar y aterrorizar a la gente, pero siempre logran eludir la acción de la justicia. Una tarde, mientras intentan robar un coche, el propietario les dispara, pero aún así logran escapar. En medio de la confusión, Maria Ange, una amiga del propietario, una mujer cansada de su mediocre vida de peluquera, se sube al vehículo, se va con ellos y se convierte en amante, cocinera y madre de los dos delincuentes.