El artista chileno Felipe Cusicanqui emprende un viaje a Bolivia tras la huella de una antigua leyenda familiar, según la cual su sangre proviene de la nobleza inca. Durante su peregrinaje por el altiplano de Los Andes, explorando el paisaje y las ruinas del imperio, viendo cómo los lugareños viven, pastorean, tejen y miran las estrellas, Felipe experimenta una aventura fuera del tiempo ordinario, que lo conecta con el desarraigo de su abuelo boliviano. Al ritmo de un protagonista de curiosidad insaciable, el documental más reciente de Ana María Hurtado le otorga un valor ético y estético al acto de hurgar en el origen, así sea a costa de derrumbar historias épicas para revelar belleza a partir de las miserias de la vida real.