Alfonso sale exhausto de trabajar, va a la playa y se sumerge en el mar. Al sacar la cabeza está en otra playa, en otro tiempo. Sus padres lo esperan gritando en la orilla. Alfonso ve y entiende todo desde su cuerpo adulto, aunque lo traten como a un niño de 11 años. Allí comienza este viaje fantástico por las diferentes vacaciones a lo largo de su vida, donde las situaciones suceden sin orden cronológico, interrumpiendo con un tono de intimidad y graciosa nostalgia su cruce con novias, amigos de la adolescencia, de la niñez, su hija y su soledad.