Un ladrón de bancos, Clay Shelton, es sentenciado a muerte por el asesinato de uno de los policías que le detuvo. Instantes antes de ser ahorcado, profetiza que todos los que tuvieren alguna relación con su muerte serán a su vez ejecutados por él quien llama “El brazo de la Horca”. Nadie se toma en serio sus palabras, pero poco tiempo después se producen varios accidentes mortales, y perecen el fiscal que lo acusó, el juez que le condenó y el verdugo que le ejecutó. Algunos testigos señalan la presencia de un desconocido con la mano alzada en forma de garra, exactamente como Shelton había predicho. Otros afirman haber reconocido al mismo Shelton. ¿Se trata de su fantasma o de un doble? Mientras el pánico se extiende entre el resto de los supervivientes, el inspector Long está seguro de que las muertes tienen un origen racional y no sobrenatural, y para asegurarse abre la tumba de Shelton...