Quinlan, un ex-agente de la DEA, ha caído en desgracia por haber robado dinero confiscado. Sin embargo, es contratado por Chung Wei, líder de un cartel de narcotraficantes asentado en Amsterdam. Quinlan vuela a Hong Kong donde deberá reunirse con Chung, siendo su idea extraerle toda la información posible y delatarlo a la policía. Pero las dos primeras batidas salen mal y se saldan con la muerte de dos oficiales de la policía, por lo que los federales deberán decidir si seguir confiando en Quinlan o no.