Victor Velasco, en su campaña para el Senado por un partido de izquierdas, ha incluido en su rutinario periplo los pueblos de la alta sierra burgalesa. En uno de ellos tropieza con el señor Cayo, un anciano apegado a la tierra, a la que ama y de la que vive. El encuentro va a ser decisivo para el joven político, ya que por primera vez está escuchando la voz de la sabiduría popular.