Después de ser degradado, Atsuko se reasigna a Ilha Azul, un pequeño pueblo en el borde de la selva, bajo la vigilancia de su oficial superior Amado. Atsuko conoce a una chica rebelde llamada Vanessa Lee, que fue sorprendido robando patatas cerca. Después de Atsuko compra Vanessa un sándwich por simpatía, Vanessa le devuelve el favor dándole Atsuko un coco mientras están en servicio.